Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
Lengua y Literatura
Blog de cep123
28 de Septiembre, 2011 · General

EL ORIGEN DE LOS AUTOMÓVILES

MACUNAÍMA  - Mario de Andrade

El origen de los automóviles

 

    En el tiempo de endenantes, jóvenes, el automóvil no era una máquina, tal y como hoy día, no. Era una onza parda. Se llamaba Palaguá y andaba por el gran mato (Mato Groso). Entonces, Palaguá le dijo a los ojos suyos:

     - Vayan a la playa del mar, mis verdes ojos, de prisa vamos de prisa!

    Los ojos fueron y el puma se quedó ciego. Pero levantó el hocico, husmeó el viento y percibió que Aimalá-Pódole, el Padre de la Tararira estaba andando allá por la lejanía del mar y gritó:

-         Vengan de la playa del mar, mis verdes ojos, de prisa vamos de prisa!

Los ojos vinieron y Palaguá volvió a ver de nuevo. Pasaba por ahí la tigre-prieta que era mucho muy feroz y platicó para Palaguá:

-         ¿Qué anda haciendo usté, comadre?

-         Estoy mandando a mis ojos ver el mar.

-         ¿Y eso es bueno?

-         Bueno, es poco!

-         Entonces mande a los míos también, comadre!

-         Mandarlos mandarlos, mejor no, porque Aimalá-Pódole está en la playa del mar.

-         Mándelos, que si no, me la trago, comadre!

Entonces Palaguá dijo así:

-         Vayan a la playa del mar, amarillos ojos de mi comadre tigre, de prisa, vamos de prisa!

Los ojos fueron y la pantera quedó ciega. Aimalá-Pódole estaba allá y guac! devoró los ojos de la tigre. Palaguá lo olió porque el Padre de la Tararira andaba fuerte de olores. Ya estaba por chisparse. Pero la tigre-prieta que era muy feroz presintió la huída y le dijo a la onza parda:

-         Espere un poco, comadre! Mande mis ojos de vuelta que ya me agarró un montón de apagón.

 Palaguá gritó:

-         Vengan de la playa del mar, amarillos ojos de mi comadre tigre, de prisa, vamos de prisa!

Pero los ojos no volvieron y la tigre-prieta quedó hecha una furia.

-         Ahora sí que me la trago, comadre!

Y corrió atrás de la onza parda. Fue un correteadero tan soberano que la noche se llevó tamaño susto y quedó paralítica. Por eso cuando es de día arriba de los árboles, dentro del mato es siempre de noche. La pobre no pudo andar más…

 Cuando Palaguá corrió legua y media miró hacia atrás cansada. La tigre-prieta venía cerca. Entonces Palaguá llegó a un cerro y se topó con un yunque gigante y junto al yunque estaban cuatro ruedas olvidadas. Entonces Palaguá se las ató a los pies para deslizarse sin mucho esfuerzo, y como se dice: salió destapada otra vez, y sacando chispas.

Le agarró el hambre a Palaguá. Y la tigre como en la cola. Pero Palaguá ya no podía correr más rechinándole las tripas cuando pasó por la barra del Boipeba y vio un motor cerca y se tragó el tal. No bien le había caído a la barriga el motor, la pobre se dio nuevas fuerzas y se zafó. Anduvo legua y media y volteó hacia atrás. En eso, la tigre-prieta venía como que encima suyo. Estaba una oscuridad tal que Palaguá se tragó dos luciérnagas y siguió con ellas entre los dientes para alumbrar el camino. No bien hizo otra legua y media y miró atrás. La tigre junto a ella. Era por culpa de que la onza parda apestaba mucho y la otra plaga ciega tenía un husmeo como de perdiguero. Entonces Palaguá ingirió un purgante de aceite de tártago y agarró una lata de esencia llamada gasolina. La tigre-prieta quedó toda aturdida por culpa de que estaba ciega y ya no olía más la catinga de la comadre. Palaguá ya ni podía correr más con las fosas echando humo de tan calientes. Había por ahí cerca un platanar enorme y todo porque ya habían llegado al puerto de Santos. Entonces la bicha se derramó agua en el hocico y se descalentó. Después cortó una hoja guazú de mafafa y se escondió poniéndosela encima como si fuera capota. Así la otra pasó sin percibir a la comadre. Entonces la onza de puro miedo que iba a largar todo lo que la había ayudado a huir, anda siempre con rueda en los pies, motor en la barriga, purgante de aceite en la garganta, agua en la ñata, nafta en la rabadilla, los dos cocuyos en la boca y la capota de hoja de mafafa cubriéndola. Y pa disimular todavía se agarró un nombre extraño de esos. Es la máquina automóvil.

Dicen que más tarde la onza parió una camada enorme. Tuvo hijos e hijas. Unos machos y otras hembras. Por eso la gente dice: “un forcito” y dice “ una chevrolé”…”

 

 

Palabras claves
publicado por cep123 a las 10:10 · Sin comentarios ·  Recomendar
 
Más sobre este tema · Participar
Comentarios (0) · Enviar comentario
Enviar comentario
Nombre:
E-Mail (no será publicado):
Sitio Web (opcional):
Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagenEscriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>, <li>· Lista</li>
imgCalendario
Ver mes anteriorMayo 2024Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031
imgSe comenta...
» FRAGMENTOS DE CRONICAS DE INDIAS
7 Comentarios: papitoflow.123@hotmail.com, papitoflow.123@hotmail.com, papitoflow.123@hotmail.com, [...] ...
» EMMA ZUNZ
1 Comentario: celeste
 
FULLServices Network | Blogs | Privacidad